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martes, 23 de noviembre de 2010

PERDIDOS EN EL BOSQUE.




PERDIDOS EN EL BOSQUE.



Hace tiempo, ocho amigos decidieron ir a pasar un par de semanas en el claro de un bosque. De ese lugar contaban la leyenda de que algunas noches frías se escuchaba una melodía triste de piano que resonaba en todo él.

Los chicos entusiasmados por descubrir el misterio de la leyenda salieron inmediatamente. Tardaron unas tres horas en llegar al misterioso bosque. Al bajar del coche empezaron a montar las tiendas de campaña. Por la tarde fueron a recoger leña pero vieron unos ojos brillantes que se les estaban acercando y echaron a correr hasta que llegaron a un pequeño recoveco. Como el animal vio que no los podía coger se fue y ellos salieron de su escondite. Al volver a las tiendas ya era de noche y se fueron a dormir.

Esa noche dos de ellos escucharon esa melodía triste. Por la mañana se lo contaron a los demás, recogieron las tiendas y mochilas y se fueron a investigar. En aquel oscuro bosque hacía frío pero eso no iba a impedirles seguir su camino. Caminaron hasta llegar a una pared, la tocaban pero no podían pasar. Uno de los chicos encontró el picaporte de una puerta. Él llamó a los demás y juntos la abrieron. Había mucho polvo y no se veía nada. Una de las chicas encontró el interruptor de la luz y lo apretó. No se lo podían creer... ¡ era una pequeña fábrica de juguetes!.

Descubrieron que la melodía triste de piano era un juguete roto. Encontraron encima de una mesa la escritura de la fábrica y decidieron hacerse sus propietarios. Aquello estaba muy anticuado y le hicieron unos retoques bastantes modernos. A los chicos se les daba bien lo de arreglar y construir cosas, y empezaron por arreglar el juguete roto.

En cambio las chicas llamaban a sus padres para que les ayudaran a limpiar su maravillosa fábrica. Todos estaban dispuestos a colaborar para reparar los daños y ponerla de nuevo en marcha. Estaban muy contentos porque iban a hacer felices a miles de niños igual que ellos.Siguieron creciendo y la fábrica iba cada vez mejor y cada vez vendían más. Los chicos diseñaban los juguetes y el personal que habían contratado los iban formando. Las chicas se ocupaban de cargar camiones con cajas de juguetes para que las llevaran a las tiendas de juguetes. Su marca era conocida por todo el mundo y pedían tanto y estaban tan cansados que los ocho se fueron de vacaciones al Caribe.

La mayor parte del tiempo estuvieron en la playa y en el hotel estuvieron poco tiempo,solo para dormir.Después de las vacaciones, dos de ellos se casaron y dejaron el negocio para irse a vivir lejos. Pero el negocio aún seguía estable y los trabajadores estaban contentos porque aquel sitio siempre estaba animado y no había nadie triste.

Este negocio duró generaciones y pasó a ser historia.


Autora: María Barea Malagón. 6º Primaria. Aldea Fuente Grande


1 comentario:

  1. Muy bien María. ¡Qué cuento tan original! Espero que sigas escribiendo más textos para que los demás sigamos disfrutando de ellos.
    Un saludo del maestro Rafa desde Lagunillas.

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