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jueves, 17 de febrero de 2011

lunes, 7 de febrero de 2011

Juveandalus

miércoles, 2 de febrero de 2011

martes, 1 de febrero de 2011



EL SECRETO DEL BOSQUE


Hace mucho tiempo, en un bonito pueblo, vivían dos amigos llamados Toni y Teresa. El último día de clase, pensaban en que podían hacer durante las vacaciones de verano y Teresa propuso: - ¿Por qué no vamos al bosque de acampada? Será divertido, ya lo verás.

Y Toni respondió: - ¿Por qué no ? Creo que es una buena idea. Saldremos mañana mismo y montaremos la tienda cerca del río.

Tardaron poco en montar la tienda, recoger agua... No almorzaron algo muy especial, solo frutos secos del bosque y algún que otro aperitivo que llevaron de su casa.

Por la noche Toni y Teresa estaban aterrorizados, tenían la sensación de que les espiaban y no se atrevían a levantar la vista. Por la mañana se pusieron a pasear mirando en todas las direcciones (aún estaban traumatizados por lo de la noche). No había pasado ni una hora desde que comenzaron a pasear pero vieron algo que les dejó sorprendidos: era una casa abandonada. Decidieron entrar a investigar, la casa era terrorífica. Tenía telarañas colgando del techo, el suelo chirriaba y había mucha humedad.

Los chicos estaban asustados pero les gustaban las cosas... ¿cómo decirlo? … las emociones que ponen la piel de gallina.

Por la noche, después de comer, bajaron al sótano y se dieron cuenta de que había una puerta trasera. Salieron y, Teresa, casi se desmaya. Había un cementerio, y la mitad de los cadáveres, no estaban dentro de las tumbas. Toni dijo: -¡ Puaj, que asco, yo creo que cuanto antes salgamos de aquí, mucho mejor!

Y Teresa respondió: - Venga, al menos podríamos quedarnos esta noche.

Toni aceptó aunque poco después se arrepintió. A media noche la hoguera se encendió sola y escucharon una voz que decían: - ¡No saldréis de aquí nunca!

Toni puso cara de ¿que nos van a hacer? Y se le puso la cara blanca.

Era verdad que no podían salir de allí, todas las ventanas y puertas estaban cerradas incluso intentaron salir por la chimenea pero era inútil.

Desde entonces, Toni y Teresa solo son un recuerdo del pasado y no se volvió a saber de ellos nunca más. Ocurrió lo que menos esperaba todo el mundo y desde luego fue una gran lección que a aquellos a los que les gustara acampar, nunca podrían olvidar. Espero que os haya gustado la historia pero cuidado cuando vayáis de acampada, nunca se sabe lo que puede pasar y no se os ocurra entrar en ninguna casa abandonada.

Autora: Raquel Muñoz Jiménez – 5º Primaria – Aldea Fuente Grande

El hombre lobo

Había una vez un pueblo en lo alto de la montaña, era pequeño pero muy acogedor, a la gente le gustaba ir a veranear porque era muy tranquilo.

Un día llegó una familia a pasar unos días, tenían 4 hijos.

Los niños se hicieron amigos de los chicos del pueblo aunque había pocos porque solo habitaban 300 personas.

Por aquellos días corría un rumor por el pueblo que en lo alto de la montaña había una casa pequeñita casi en ruina donde vivía un hombre, con pelo largo, sucio, bata blanca y larga.

Decían que por la noche de luna llena a partir de las 12 de la noche se volvía hombre lobo, rompiendo y comiéndose todo lo que encontraba por el camino.

Un día de luna llena los cuatro niños y otros cinco amigos del pueblo pensaron irse una noche de acampada en sus tiendas de campaña a lo alto de la sierra, se fueron con luna llena porque así no necesitaban bombillas ni linternas, ya que con ella se veía perfectamente.

Ellos no pensaron en el rumor que había en el pueblo, solo pensaban en lo bien que lo pasaban todos juntos.

Llegó el día, y todos prepararon sus tiendas de campaña y se fueron después a comer para poder montarlas.

Al caer la noche se comieron unos bocadillos para cenar y se pusieron a jugar a las cartas. Sobre la 1 de la mañana se acostaron a dormir, los niños estaban muy cansados excepto el más pequeño, que no tenía sueño. En el silencio de la noche escuchó unos ruidos extraños pero no era capaz de levantarse y siguió durmiendo.

A la mañana siguiente se levantaron y se encontraron que todos los desperdicios de la cena se lo habían comido y habían intentado comerse las bolsas de comida.

Los niños pensaron que era famoso hombre lobo, pero esa noche se quedaron allí.

Ese día fueron a ver unos árboles famosos, jugaron, se bañaron en el río y todo iba muy bien, cuando cenaron hicieron lo mismo que la otra noche, jugar y reír.

Se acostaron y el niño pequeño como la noche anterior no se podía quedar dormido escuchó los ruidos y salió a ver lo que era. Cuál fue su sorpresa, era un lobo comiéndose la comida. Le atacó y el niño pidió socorro. Nadie podía hacer nada, pero en ese momento apareció el famoso hombre lobo que consiguió quitarle el lobo de encima y desde ese día se demostró que él no era el hombre lobo sino un hombre bueno.

Desde entonces todo el pueblo lo quería y le hacían regalos como ropa y comida .Lo bañaron y le pusieron la ropa nueva, lo pelaron, afeitaron y desde aquel día fue uno más del pueblo.

Manuel Barea Torres – 6º Primaria - Aldea Fuente Grande

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La tan esperada noche de brujas por fin había llegado, los niños se disponían a salir por sus calles para luego reunirse y contar cuentos de terror. Pero esta vez algo especial sucedió.

En lugar de reunirse en el lugar habitual lo harían en el cementerio abandonado en las afueras del pueblo, todos estaban nerviosos pero trataban de ocultar su temor.

En el lugar la calma era tan profunda que imponía silencio. Los niños comenzaron a llegar y se sentaron formando una redonda alrededor de una lámpara que alumbraba sólo sus caras.

El mayor de ellos comenzó a contar la leyenda del cementerio:

... Se dice que en este lugar fueron sepultadas tres hechiceras y que a partir de ese momento todos los años en la noche de brujas sus almas se elevan de las tumbas para atormentar a aquellos que no creen en ellas...

¿Pero... quién está haciendo ruidos? ¿Hay alguien escondido? dijo un niño

Todos se inquietaron, tal vez alguno de los niños mayores se había ocultado para atemorizarlos... Entonces se escucharon las doce campanadas de la iglesia repicando a la distancia... Los niños se tomaron instintivamente de las manos.

La linterna cayó al suelo apagándose y el viento comenzó a soplar, la luna se veía más grande y tenebrosa.

¡Debemos regresar a nuestras casas esto ya ha dejado de ser gracioso! dijo uno de ellos, y seguidamente gritó... Cielos ¿qué es eso?

De las tumbas parecían salir flotando extrañas y fantasmales figuras, nunca habían visto nada semejante. Querían correr pero sus piernas estaban endurecidas por el temor.

Una risa estremecedora sacudió el cementerio, por fin los pequeños lograron reaccionar y salieron corriendo de aquel espantoso lugar.

Cuando estuvieron a salvo en sus hogares prometieron no contar a nadie lo que habían visto, pero a partir de aquella noche jamás volvieron a burlarse de los que contaban historias sobre el cementerio abandonado.

Julián Gutiérrez Muñoz

6º Primaria

Fuente Grande