BIENVENIDOS AL BLOG DEL C.P. RURAL TIÑOSA



martes, 30 de noviembre de 2010

Una Navidad especial


Érase una vez una familia que vivía en un barrio muy pobre, donde había ratas y las casas estaban muy viejas, tenían goteras, humedades y hacía mucho frío en el interior.

En una de esas casas vivían Pedro, María y su hija Victoria. El padre estaba enfermo y no podía ir a trabajar. La madre era muy buena y muy trabajadora. Solía trabajar como limpiadora en casa de unos señores bastantes ricos. La niña tenía dos años, era rubia, de ojos verdes, graciosa y muy espabilada.

María estaba muy triste porque faltaban muy pocos días para la Navidad y no podía hacerle ningún regalo a su hija y a su marido Pedro, porque no tenían casi ni para comer.

Un día tuvo que llevarse a su hija al trabajo porque no tenía con quien dejarla. Cuando la señora de la casa vio a la niña con una ropa tan vieja y unos zapatos rotos le dio mucha pena.

Entonces llamó a María para preguntarle si quería ir a vivir a una casita que había al lado de la mansión, trabajar de cocinera y ganar más dinero. María se puso muy contenta, dijo que sí y corrió a decírselo a su marido. Pedro se puso muy contento.

Llegó la Navidad y la señora les hizo muchos regalos: juguetes para la niña, ropa, zapatos nuevos y comida para llenar la nevera. Al fin pudieron pasar la Navidad en una casa en la que no hacía frío, ni había goteras. Hicieron una gran cena de Navidad. La niña abrió sus regalos, su padre se recuperó de su enfermedad y fueron felices por siempre.


Autora: Estela Aguilera Caballero. 6º de primaria. Aldea de Lagunillas.

Una de Romanos

Os propongo hoy un juego de lógica en el que moviendo un solo palillo (incluidos los de los signos) deberíais conseguir que se cumpla cada igualdad.







Espero que os guste.

martes, 23 de noviembre de 2010

PERDIDOS EN EL BOSQUE.




PERDIDOS EN EL BOSQUE.



Hace tiempo, ocho amigos decidieron ir a pasar un par de semanas en el claro de un bosque. De ese lugar contaban la leyenda de que algunas noches frías se escuchaba una melodía triste de piano que resonaba en todo él.

Los chicos entusiasmados por descubrir el misterio de la leyenda salieron inmediatamente. Tardaron unas tres horas en llegar al misterioso bosque. Al bajar del coche empezaron a montar las tiendas de campaña. Por la tarde fueron a recoger leña pero vieron unos ojos brillantes que se les estaban acercando y echaron a correr hasta que llegaron a un pequeño recoveco. Como el animal vio que no los podía coger se fue y ellos salieron de su escondite. Al volver a las tiendas ya era de noche y se fueron a dormir.

Esa noche dos de ellos escucharon esa melodía triste. Por la mañana se lo contaron a los demás, recogieron las tiendas y mochilas y se fueron a investigar. En aquel oscuro bosque hacía frío pero eso no iba a impedirles seguir su camino. Caminaron hasta llegar a una pared, la tocaban pero no podían pasar. Uno de los chicos encontró el picaporte de una puerta. Él llamó a los demás y juntos la abrieron. Había mucho polvo y no se veía nada. Una de las chicas encontró el interruptor de la luz y lo apretó. No se lo podían creer... ¡ era una pequeña fábrica de juguetes!.

Descubrieron que la melodía triste de piano era un juguete roto. Encontraron encima de una mesa la escritura de la fábrica y decidieron hacerse sus propietarios. Aquello estaba muy anticuado y le hicieron unos retoques bastantes modernos. A los chicos se les daba bien lo de arreglar y construir cosas, y empezaron por arreglar el juguete roto.

En cambio las chicas llamaban a sus padres para que les ayudaran a limpiar su maravillosa fábrica. Todos estaban dispuestos a colaborar para reparar los daños y ponerla de nuevo en marcha. Estaban muy contentos porque iban a hacer felices a miles de niños igual que ellos.Siguieron creciendo y la fábrica iba cada vez mejor y cada vez vendían más. Los chicos diseñaban los juguetes y el personal que habían contratado los iban formando. Las chicas se ocupaban de cargar camiones con cajas de juguetes para que las llevaran a las tiendas de juguetes. Su marca era conocida por todo el mundo y pedían tanto y estaban tan cansados que los ocho se fueron de vacaciones al Caribe.

La mayor parte del tiempo estuvieron en la playa y en el hotel estuvieron poco tiempo,solo para dormir.Después de las vacaciones, dos de ellos se casaron y dejaron el negocio para irse a vivir lejos. Pero el negocio aún seguía estable y los trabajadores estaban contentos porque aquel sitio siempre estaba animado y no había nadie triste.

Este negocio duró generaciones y pasó a ser historia.


Autora: María Barea Malagón. 6º Primaria. Aldea Fuente Grande


lunes, 22 de noviembre de 2010

Los zombis


Había una vez un niño y una niña que se llamaban Tom y Gabriela. Eran los mejores amigos del mundo ya que lo compartían todo, desde juegos hasta secretos.

Un día, en la biblioteca de la escuela, estos se encontraron y fueron a buscar algún libro para leer en su rato libre. Gabriela cogió un libro, pero como no le gustó, lo volvió a meter en la estantería. Esta se giró y los dos niños con ella.

Tom y Gabriela descubrieron que había otros muchos estantes llenos de libros. Allí donde habían ido a parar los niños decidieron que no volverían a ir hasta que toda la gente se fuera. Así lo hicieron. Cuando se fue toda la gente quedaron allí y volvieron a sacar y a meter el libro; la estantería se giró y empezaron a ver los distintos libros que había. Por casualidad Tom se encontró un libro de magia oscura, avisó a la niña y comenzaron a mirar los hechizos. Visualizaron un hechizo, que si lo pronunciaban bien, podrían despertar a todos los muertos. Ellos fueron al día siguiente al cementerio y pronunciaron bien el hechizo. Todos los muertos se convirtieron en zombis, se levantaron del lugar donde habían sido enterrados y partieron hacia la ciudad para comer carne humana.

Al salir del cementerio las personas se partieron de risa por que pensaban que era gente disfrazada. Pero cuando vieron que empezaban a morder, la gente se alarmó y pensó que en sus casas estarían a salvo. Pero no, los muertos vivientes tenían la suficiente fuerza como para tirar una puerta o dos si eran necesario para poder comer.

La expansión de los zombis empezó por Estados Unidos que, en un día fue conquistado. Todas las personas de los distintos lugares del mundo fueron convertidos en zombis menos los de China y los dos niños que se escondieron en una iglesia. Allí no podrían olerlos ni capturarlos, ya que la puerta era muy pesada, grande y de hierro.

Tom y Gabriela no sabían como parar lo que habían empezado porque en el libro no decía como quitar el hechizo. A los dos niños se les ocurrió la idea de volver a la biblioteca de la escuela para ver si estaba el libro donde diría el conjuro para quitar la magia.

Los niños fueron a la escuela y miraron para ver si estaba, pero no lo encontraban. Resultó, que Gabriela lo vio encima del estante más alto. Uno se subió encima del otro y lo consiguieron. Ellos fueron a lo alto del cementerio y pronunciaron el conjuro. Todo desapareció y volvió a la normalidad como si no hubiera pasado nada.

Los niños se prometieron que no volverían a ese lugar.


Autor: Óscar Matas Muñoz. 6º de Primaria. Aldea de Lagunillas.

En número mayor y el menor

En esta entrada os dejo un nuevo reto. En este caso se trata de conseguir, moviendo sólo dos cerillas, el número más grande y el más pequeño posible. Espero que os guste y que pronto me lleguen los resultados. Un saludo.



viernes, 19 de noviembre de 2010

Presentación Tema 3 Conocimiento del Medio

Aquí os dejo una presentación que ha hecho una de las alumnas de 6º de Lagunillas. Es del tema 3 de Conocimiento del Medio, titulado "Crecer con Salud". Os puede servir para estudiar el tema o a los profes y señoritas para exponerlo. Espero que os ayude.
Autora: Paola Nieto Casado.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El mejor yate y la peor casa



Lucas y Clara, una pareja de recién casados, realizaron en su luna de miel un fantástico viaje en yate con unos amigos por la playa del Caribe. Los amigos sólo estuvieron el primer día, sin embargo, Lucas y Clara estuvieron dos semanas; una semana en el yate y la otra en un hotel de lujo carísimo.

Tardaron 12 horas en avión hasta llegar al Caribe. En el momento que llegaron, tenían una limusina esperándole en el aeropuerto y varios sirvientes contratados para transportarle las maletas y todo lo que necesitaran.

Ellos se subieron enseguida a la limusina tan lujosa y grande que habían contratado. El conductor era muy noble y atento con sus pasajeros. Los amigos no paraban de preguntarse cómo sería el famoso yate, ya que era el mejor que había.

En el momento que llegaron al yate el conductor le dijo que volvería la semana que viene, que si había algún problema lo llamaran sin dudarlo un momento.

Todos ellos estaban ilusionadísimos con montarse en aquella virguería de yate; tan grande y espacioso como lujoso, con todo tipo de comodidades.

Al entrar dentro pudieron observar que tenía de todo lo que ellos se imaginaban. Era casi como su casa; inmenso, con dos baños, 2 dormitorios, la zona del patio con una mesa y varias sillas, un gran salón donde podían hacer cenas, cubertería muy fina, unos armarios muy grandes para guardar sus vestidos de gala, y un gran baúl para guardar las joyas y los accesorios…

El primer día todo fue fenomenalmente. En la cena brindaron por que todo fuera bien y se lo pasaron genial juntos esa semanita. Después todo fueron risas e incluso carcajadas. Se acostaron demasiado tarde; eran las tres de la madrugada.

El siguiente día por la mañana se fueron a la terraza a ver un castillo que había en el mar que se llamaba El Castillo de Transisbailes. Por la tarde después de almorzar, como era verano, se tiraron al agua para darse un refrescón. A la noche todos se vistieron con trajes de gala y tuvieron una cena con mucho glamour.

Todos los días hicieron una cosa distinta y el tiempo se les pasó volando. Se lo pasaron genial pero, por desgracia, los amigos se tuvieron que marchar porque ya había acabado aquella semana.

Llamaron al maravilloso conductor tan amable, al que le dijeron que contratara a otro chofer para que llevara a los amigos al aeropuerto, y a ellos al hotel de lujo. Él, encantado, les dijo que por supuesto, que en un momento estarían allí los dos. Al momento llegaron y cada uno se fue a donde le correspondía.

Cuando llegaron al hotel les dijeron que alguien le había llamado anulando la reserva y que ya lo sentía, pero no le quedaban habitaciones libres. Ellos estaban muy preocupados ya que no tenían lugar donde quedarse.

Comenzaron a buscar un lugar pero solo había en una casa abandonada, donde por la noche se escuchaban ruidos. Ellos no querían pero no tenían otro lugar y se tuvieron que quedar, ya que no sabían donde pasar la noche.

Para cenar salieron porque no había ni donde cocinar. Para dormir no les quedó ninguna otra opción y pasaron la noche allí.

A la mañana siguiente te tuvieron que pedir un billete de avión y volver a Marbella para contarles a sus amigos la desventura que les había pasado.

Autora: Paola Nieto Casado. 6º de Primaria. Aldea de Lagunillas.

martes, 16 de noviembre de 2010

Movimiento económico

Queridos alumnos y alumnas. Os planteo otro reto sencillito.
Consiste en mover sólo una moneda para que tanto en vertical como en horizontal hayan 6 monedas.

Monedas

lunes, 15 de noviembre de 2010

El amor a los mayores



Érase una vez un hombre viejo, arrugado, al que ya le costaba andar y al que ya se le empezaba a caer la baba. Su única familia eran su hijo, su nieto y su nuera, aunque ellos le estaban dando de lado y ya no le prestaban atención. Acabaron por ponerle en una habitación solo y sin ninguna clase de atención ni de cariño por parte de su familia. Le daban de comer en un plato de barro con escasa comida y la mayoría de las veces estaba fría o recalentada del día de antes.

Por todas estas cosas el hombre se sentía inútil y abandonado; por eso siempre estaba triste y llorando. Se pasaba el día llorando en una de las esquinas de la habitación, sintiéndose impotente y esperando tristemente el día de su muerte, ya que nadie en el mundo lo quería ni lloraría su fallecimiento.

Un día, mientras el desgraciado hombre estaba comiendo la escasa comida que le ponían, el plato de barro que sujetaba con sus temblorosas manos cayó al suelo. Cuando su nuera se dio cuenta de lo ocurrido se enfadó mucho y empezó a gritarle.El anciano, como siempre, agachaba la cabeza y dejaba que sus lágrimas le corrieran por la cara.

El niño empezaba a darse cuenta de lo que ocurría en su casa y pensaba que, lo que sus padres estaban haciendo a su abuelo, no era lo correcto, o así se lo hacían creer ellos.

Un día sus padres se lo encontraron recogiendo trozos de madera del suelo. Su padre le preguntó -¿Qué haces hijo? Y éste le contestó -Recogiendo trozos de madera para construir un plato para dar de comer a mis padres cuando sean mayores.

Los padres se miraron en silencio y fueron a sacar al abuelo de aquella habitación. Desde aquel día el abuelo no volvió a comer solo y tuvo el cariño y amabilidad que se había merecido desde un principio.


Autora: Cristina Ruiz Ropero. 6º de Primaria. Aldea de Lagunillas.

domingo, 14 de noviembre de 2010

¿Dónde están los tres bebés?


Comenzamos una nueva sección de juegos de atención, lógica y razonamiento.
Si encuentras la cara de los bebés, escribe un comentario con tu nombre situándolas.

El caballo maltratado y la serpiente


Érase una vez un caballo que tenía un dueño que sólo lo quería para maltratarlo. Siempre le hacía que llevase los cántaros de agua grandes, las hachas, los palos para la candela y al dueño encima de él. También cuando estaba enfadado el dueño cogía un gran palo y le pegaba .

Un día conoció a una serpiente que también estaba enfadada con el dueño, porque en una ocasión la pisó con la camioneta y casi la mata. Al siguiente día el dueño le volvió a pegar otra paliza porque se le había caído el cántaro lleno de agua y se le había roto. La serpiente se entristeció cuando vio que le pegaron a su amigo el caballo.

Otro día más se citaron los dos animales para curarle las heridas al caballo porque su dueño le había roto una pata y estaba muy enfermo. Pero la serpiente no pudo curarle porque no tenía las medicinas. Decidió entrar en la casa del dueño para cogerlas. Entró en la cocina y cogió suero y pomada.

Al cabo de mucho tiempo el caballo se curó y decidieron hacerle una trampa al dueño dentro del pajar. Hicieron un hoyo y al día siguiente entró y, ¡zas! se cayó al pozo y lo dejaron hasta que se muriera. La serpiente y el caballo se fueron muy lejos.



Autor: Marcos Jiménez Muñoz. 6º de Primaria. Aldea de Lagunillas.

PINOCHO



Érase una vez un grillo que se llamaba Pepito grillo. Era pequeño, tenía los ojos de color azul celeste, vestía con una chaqueta destrozada, unos zapatos rotos por la punta, un sombrero abierto por arriba y un garrote.

Una noche de invierno paseaba por la calle; tenía mucho frío. Se metió en una casa; había una candela encendida. Cogió un ascua y se calentó con ella. Mientras se calentaba le llamó algo la atención: había un muñeco de madera. Era un títere. Estuvo jugando allí con él en las cuerdas que lo aguantaban. Se oyó algo, como acercarse una persona. Lo que pasaba es que venía el dueño de la casa, que se llamaba Llepeto. Pepito se escondió detrás de un bote y el dueño no lo vio. Él se fue a dormir. Antes de dormirse pidió al hada madrina que convirtiera a Pinocho en un niño de verdad. Pepito también se acostó; dormía en una caja de cerillas. No podía dormir porque había mucho ruido con los relojes y dijo -¡silencio!-, y todos los relojes se pararon. Cuando se calmó todo, se durmió. De repente entró una luz brillante a la sala; era un hada. Pepito dijo -!y ahora que más! El hada se fue hacia Pinocho y lo convirtió en un niño de madera y le dijo: -Si te portas bien llegarás a ser un niño de verdad. Le dijo que tenía que tener una conciencia y le contestó Pepito: -Yo puedo ser su conciencia. Le dio con la varita mágica y toda su ropa vieja paso a ser elegante.

Pepito se puso a hablar con Pinocho y a jugar con él. Éste se tropezó, se cayó a unos cacharros y se oyó un ruido muy fuerte. Llepeto se despertó muy asustado y sacó una escopeta de debajo de la almohada. Iba con las piernas temblando y el gato Fígaro le dio un susto y se asustó mucho. Pero siguió andando con la escopeta. Entonces vio que era Pinocho que se había caído de la estantería. Se dio cuenta de algo, ¡Pinocho hablaba! y se quedó alucinado. Se lo llevó a la cama con él y se durmieron los dos.

Al día siguiente, cuando se despertaron, Llepeto le preparó los libros a Pinocho. Se fue para la escuela con Pepito. Por el camino se encontró con un zorro y un gato que eran malos. El zorro y el gato vieron a Pinocho y lo quisieron engañar. Él, como era tan bueno, se fue con ellos. Pepito le dijo que no se fuera pero él no lo obedeció. Los malos se lo llevaron a un teatro para venderlo y obtener dinero por él.

El hombre que lo compró lo quería usar como marioneta sin hilos, porque llamaría más la atención del público cuando vieran que no los llevaba. De esta forma ganaría mucho más dinero y se haría rico. El hombre lo encerró en una jaula. Pepito llegó y, como no pudo abrirla, apareció el hada y lo salvó. Se lo llevó a casa y por el camino se encontró con los malos; se lo llevaron a “La isla de los juegos”.

Por el camino conoció a un niño llamado Polilla. Cuando llegaron a “La isla de los juegos” había juegos para los niños y empezaron a jugar.

El dueño lo que quería era convertir a los niños en burros y después venderlos. A Pinocho sólo le salieron orejas y rabo de burro porque Pepito llegó a tiempo y lo saco de allí.

Cuando llegaron a casa no había nadie. Una paloma del hada le dio una carta diciéndoles que Llepeto se lo había tragado una ballena.

Pinocho salió corriendo a buscar a su papá y Pepito fue detrás de él. Cuando llegaron a la orilla Pinocho se ató una piedra al rabo para llegar al fondo del mar. Encontró a la ballena y se lo tragó. Pinocho dio con su papá y se le ocurrió una idea para salir de allí; consistía en hacer una hoguera para que la ballena estornudara. Entonces estornudó y salieron disparados hacia fuera. Cuando Llepeto reaccionó vio que Pinocho estaba muerto.

Cuando estaban en casa apareció el hada y por haber sido tan obediente y bueno lo convirtió en un niño de carne y hueso. Llepeto se puso muy feliz porque por fin tenía un hijo y lo celebraron.

Autor: José Manuel Aguilera Llamas. 6º de Primaria. Aldea de Lagunillas